lunes, 20 de junio de 2016

"La guerra produce enajenación, lo que conlleva a una pérdida de identidad" Por: Ariadna Bravo Morales

La guerra es un conflicto armado que ha tenido lugar en varios episodios de nuestra historia humana. Estos enfrentamientos también han tenido variados efectos en el interior del hombre, como la pérdida de identidad, influyendo principalmente en su mente; lo que se refleja en su forma de hacer las cosas, en cómo lleva a cabo sus actos y como visualiza su entorno.
A su vez, la guerra produce que el hombre adopte una postura que lo hace actuar de forma impulsiva y que no razone antes de llevar a cabo lo que tiene planeado, por lo que nuevamente se ve la pérdida de identidad que surge. Incluso, si estas actitudes avanzan se puede producir la enajenación, la cual recordemos que es la perdida de la razón a causa de un sentimiento intenso y a su vez la pérdida de la razón es la pérdida de identidad.
Y si acaso esto no se desarrollara de esta manera ¿por qué se comienza a plasmar en obras situaciones en las que el hombre está solo, pierde su identidad y se enajena de su entorno?
Si se oponen a este razonamiento, están negando la realidad que se vivió en épocas pasadas, basadas en la soledad, deshumanización y pérdida de identidad que experimento el ser humano; también se encuentran presentes los principios de Freud del psicoanálisis, que se centra en los procesos mentales y en que el hombre, en su fuero interno se analiza y cuestiona, y las respuestas que obtenga las tratará de expresar a los demás.
Debido a lo planteado anteriormente, mi parte sostiene que las guerras producen la enajenación en el hombre, ya que este comienza a actuar de manera abrupta y repentina, incluso algo violenta, como lo son robar, matar y agredir, tanto a los demás como a uno mismo.
Y junto con este factor de la enajenación surge lo que en poesía se llama alienación, que también es perdida de razón o sentido, por ende, también es pérdida de identidad o personalidad.
Esta pérdida se produce debido a que en situaciones críticas como son las guerras, la persona no es dueña ni responsables de sus acciones y por lo tanto se ve solo impulsada a realizar ciertos actos, tal vez impropios de su esencia como persona humana con capacidad de razonamiento.

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