viernes, 17 de junio de 2016

Los conflictos bélicos provocan un sentimiento de enajenación que conlleva a la pérdida de identidad - Belén Sanhueza


                                                                                                                                     
La guerra es una clara causa de la enajenación, la cual la podemos definir como una pérdida de la razón producida por un sentimiento de angustia, tristeza u otros similares, la guerra es un acontecimiento que puede involucrar a dos o más regiones contrincantes desorbitando y rompiendo claramente la esquematización y organización de las mismas, el orden el cual era reconocido como lógico al haber sido percibido y vivido por un largo y razonable tiempo es puesto en una pausa indeterminada; nuestras vidas son puestas en esa pausa sin que siquiera se nos haya preguntado si estábamos de acuerdo o no, y se nos es establecido e impuesto un nuevo y “primordial” orden, al llegar a este punto claramente podemos ser conscientes de la existencia de una pérdida de identidad; ya sea propia o cultural,  la primera la podemos entender como el “conjunto de rasgos y características personales que nos diferencian de los demás”, dentro del marco del conflicto bélico ya no son relevantes los intereses y pensamientos personales ya que son vistos como un nulo aporte como se diría, este claro desprecio y desacreditación nos lleva a cuestionarnos ¿Si en mi propio mundo soy despreciado y mirado en menos como lograre sentirme acogido en el?, la guerra nos arrebata nuestra rutina dejándonos claramente desprovistos y de una manera límbica; nos arrebatan nuestro rol, ¿Acaso una persona que llega a desconocer a su propia comunidad puede llegar a reconocer su papel en ella?; la respuesta es claramente un no, se nos da un nuevo rol; es la única opción que se nos da y es la de ser simplemente piezas de un juego a las cuales se les intenta manejar de modo de darle al país una victoria, no es una victoria personal, pasamos a ser meramente objetos irracionales pues la voluntad propia será extinguida y todas nuestras acciones completamente condicionadas. La identidad cultural la podemos definir como “los rasgos y características de un grupo o comunidad con el cual nos podemos sentir identificados” obviamente al perder a este grupo un sentimiento de soledad nos invade pues ya no pertenecemos a ese algo en el cual nos podíamos sentir acogidos y protegidos, nuestro hogar esta simplemente roto pasando a ser la nada misma, ¿Acaso un ser humanos puede ser y existir sin el sentido de pertenecer a algún grupo? por supuesto que no; somos seres sociales por naturaleza y no estamos solamente definidos por ser nosotros; y con esto me refiero a nuestras acciones, sentimientos y actitudes entre otros, sino que una gran parte de esta definición proviene del lugar al cual pertenecemos.


                                                                                                     

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